sábado, 2 de septiembre de 2017

La imagen de un si



Puede que parezca solo un papel impreso, una imagen que el tiempo aleja de un instante feliz, pero es una pieza de arte, el mudo testigo de dos personas que se quieren, una foto de boda.


Juan Luís Limeres es un bilbaíno afincado en Torrelavega hace cuatro décadas. Perteneciente a una familia dedicada en las últimas tres generaciones a la fotografía, pasa por ser uno de los fotógrafos más creativos del país, en una ciudad en la que la imagen se ha convertido en una seña de identidad. Expositor, jurado de concursos, hoy descubrimos un poco más de la fotografía de bodas con el testigo de un sí.

Pregunta. ¿Cuándo y cómo decidió que iba a vivir de hacer fotos?
Respuesta. Vengo de una familia de fotógrafos, digamos que lo he vivido desde mi niñez. Yo estudié publicidad y en el año 1993, después de una crisis fuerte en la que la publicidad en Cantabria parecía que no funcionaba muy bien, volví a lo que yo conocía que era la fotografía social y en el año 1995 montamos nuestro estudio-galería.

P. ¿Por qué decidió trabajar más este tipo de eventos y no otros aspectos de la profesión como el fotoperiodismo?
R. La fotografía de boda para nosotros es más atractiva, tratas más con personas y además de esto supone que tocas todos los campos, porque dentro de la fotografía social también haces fotoperiodismo, y esto era lo que nos agradaba a nosotros. Ya no solo el tipo de fotografía social si no el tipo de personas y de retratos, que es un poco lo que hemos buscado siempre.

P. ¿La fotografía de bodas es una parte más de la profesión de un fotógrafo o requiere especialización?
R. Indudablemente todo el sector de la fotografía requiere especialización. Por ejemplo, si hoy mismo me pusiera a hacer fotografía publicitaria, los que de verdad se dedican a ello dirían que no estoy preparado, esto hace que cada uno necesita estar especializado en su ámbito. Además, creo que esto es muy importante.

P. ¿Cómo ha cambiado técnicamente la fotografía de bodas en los últimos 20 años y por qué?
R. Aunque parece que ha cambiado mucho, yo creo que la fotografía de boda no ha cambiado tanto en los últimos 20 años. Si que ha cambiado un poco la sociedad, y esto hace que el concepto de boda este variando. La cultura visual de la gente hace que se vean muchas redes sociales y muchas imágenes, y esto también influye. Donde sí se perciben cambios es en la mayor predisposición de las parejas a dejarse aconsejar o a una mayor amplitud de los espacios y momentos que se retratan. Hay gente que te deja hacer casi un editorial de moda, pero en la mayoría de casos la pareja es más conservadora que el fotógrafo. Pero la fotografía de boda no ha cambiado tanto, si cogemos fotos de boda clásicas de épocas pasadas como fotografías de Vogue vemos que son fotografías de boda muy actuales. Lo que ha cambiado es la sociedad y los conceptos estéticos, pero lo que es la técnica no tanto, salvo que en lugar de recurrir a los medios digitales te acojas al sistema lomo gráfico.

P. Varios fotógrafos de Torrelavega han sido reconocidos a nivel nacional por su creatividad y su técnica hasta el punto de, como usted, ser un referente y ser jurado de muchos concursos. Como no creemos que esto sea casual, ¿cuál es el secreto para que esta sea una de las capitales de la fotografía españolas?
R. En Torrelavega y Cantabria siempre ha habido, sobre todo en Torrelavega, importantes estudios fotográficos con importantes fotógrafos e importantes premios. Esto se debe, lo primero, a que hay diferencias entre los conceptos estéticos del norte y del sur. Además hay una preparación, una cultura visual y una autocritica con nosotros mismos que nos hace no conformarnos, y luego un poco de suerte en los concursos. Tampoco es todo tan fácil, pero sí que es verdad que hay una buena preparación y una cultura visual, y Torrelavega lo mismo que tiene gente importante en cine y en moda, pues fotográficamente es una referencia.

P. ¿Por qué cree usted que esta es conocida como la ciudad del hojaldre y no como la ciudad de la imagen?
R. Jajaja, pues porque indudablemente tenemos unos pasteleros muy buenos, ¡el hojaldre está buenísimo!. Y publicitariamente porque la mayoría de los fotógrafos sociales, nunca se han reflejado tanto en los medios de comunicación como deberían, y como ahora se está empezando a publicitar. Los fotógrafos hemos estado en planos alejados de otros gremios como puede ser la repostería, pero poco a poco se va reconociendo cada vez más.

P. ¿Siempre coinciden las intenciones del fotógrafo y del cliente o hay veces que el fotógrafo se convierte en un artista incomprendido?
R. Hombre nosotros trabajamos para personas, y tenemos que entender lo que el cliente quiere. Ya tenemos galerías visuales, tanto a nivel de internet como a nivel de escaparate, y somos nosotros los que marcamos un poco la línea de trabajo. Esto hace que el cliente se acerque a nosotros. No somos los fotógrafos de todos los clientes, pero nunca hemos sido incomprendidos, siempre ha habido un equilibrio entre el cliente y nosotros.

P. Por ejemplo, para ti, ¿cuáles son tus fotógrafos de referencia?
R. Bueno para mí, estos son siempre fotógrafos de moda, entonces Peter Lindbergh, Vincent Peters, Henry Clarke y Avedon podrían ser los principales. Sobre todo, y por nuestra cultura visual buscamos los fotógrafos de moda de los años 50, de Vogue y de Harpers, de todas estas líneas. Nosotros trabajamos con mujeres, y estos son los fotógrafos que para nuestro gusto mejor representaron el concepto estético de la mujer. Actualmente en España tenemos a Eugenio Recuenco, que es un poco el maestro de todos estos fotógrafos, en su día estuvo Jaume de Laiguana, y estos son un poco los que han marcado nuestro trayecto.

P. Y para la hora de un trabajo que es más importante, ¿la relación que tiene con los novios o convencer de que la idea que usted propone es mejor que la que ellos tienen?
R. Normalmente la relación con los novios o con la pareja, es decir, nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo, pero tampoco tenemos que imponernos a nadie en conceptos, tenemos que aceptar lo que ellos buscan. Que lo que nosotros hagamos y lo que ellos quieran esté en consonancia. Normalmente solemos coincidir todos, pero es importante conocer los gustos y las necesidades de los clientes.

P. ¿Qué preparación previa requiere una sesión de una boda?
R. Pues más o menos 35 años de profesión jajaja.

P. Y la técnica de una sesión de bodas, ¿es muy distinta a otras temáticas? Por ejemplo, paisajes.
R. Sí, una boda se hace en un tiempo muy limitado y además hay que conocer todos los campos. Necesitamos saber de moda, necesitamos saber de fotoperiodismo, necesitamos saber de paisajes, de fotografía de macro… Necesitamos dominar en muy poco tiempo campos muy importantes de la fotografía.

P. ¿Por qué a los fotógrafos de bodas les gusta tanto utilizar el blanco y negro?
R. Es que indudablemente el blanco y negro lo que hace es quitarnos las distracciones del color, no podemos pararnos a distinguir entre tonos fríos y cálidos, ni entre colores bonitos ni feos, te hace centrarte solo en el blanco y negro y los sentimientos.

P. Decía Jerry Ghionius que una fotografía de bodas requiere técnica, emoción y marketing. Para usted ¿cuál de estas es la clave de una fotografía?
R. Yo creo que la clave es tener unos conceptos estéticos importantes, muchos conocimientos técnicos, controlar el fotoperiodismo y las emociones, saber qué equipo o que técnicas emplear en determinados momentos y controlar los espacios, tienes que saber mucho. El tema de las emociones es complicado, es decir Jerry Ghionis, australiano, trabaja mucho en Estados Unidos, y trabaja con las emociones relativas, lo que hace es provocar emociones. Si nosotros aquí en el norte en Cantabria provocamos emociones, probablemente nos echen de las casas.


Andrea Lavín
Imagen Lucas Criado


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