miércoles, 15 de mayo de 2013

Lorenzo Silva, escritor

David SanJuan



Nacido en Carabanchel y formado para abogado, Lorenzo Silva Amador es uno de los escritores de éxito de la actualidad. Especializado en novela políciaca, su obra está asociada, para muchos lectores,  con la pareja de la Guardia Civil formada por el sargento Bevilacqua y la cabo Virginia Chamorro. Pero poco es trivial en su obra, y nada es superficial en sus relatos aventureros y de intriga. Lorenzo Silva presenta un perfil comprometido y sensible hacia el mundo en que vive, como deja cada semana de manifiesto en el papel de cartero, en la sección de cartas de los lectores del XL semanal. Ganador de un Nadal en el año 200, con El Alquimista, esta obra le abrió los caminos del cine de la mano del director Manuel Martín Cuenca. El año pasado ganó el Premio Planeta 2012 con la novela La marca del meridiano. Y esta es su entrevista


Ya te lo habrán dicho muchas veces, quizá ya te habrás planteando tu mismo, pero ¿es más Lorenzo Silva con un premio como es de Planeta 2012 en sus estanterías que sin él?

En absoluto es más, aunque puede que a ojos de alguno parezca más. Lo que le aporta el premio, a fin de cuentas, no es más que lo que ya contenían las 400 páginas del libro por el que se lo dieron. Estas cosas pasan deprisa, son los libros los que permanecen o no.

Para el joven, para la madre de familia, para el adulto de la esquina de la Calle Preciados, ¿Qué hace para que alguno de ellos, con diferentes percepciones y gustos en la vida, hayan leído alguno de sus libros?

Buena pregunta. Me intriga, y es a la vez mi gran alegría. Nunca quise ser escritor para una cofradía o para un segmento. Creo que el escritor que de veras siente su oficio y tiene la vocación de llevarlo a cabo lo que desea es ser capaz de escribir libros que puedan pertenecer a cualquier persona con sensibilidad e inteligencia. Esta diversidad de mis lectores es uno de mis principales activos.  Lo único que se me ocurre para explicarlo es que no he pretendido darles lecciones jamás.

Dicen que el escritor no es escritor si no deja huella en algunos de sus libros, ¿En qué tipo de novela Lorenzo se diferencia del resto?

Dejo huella en todas, todas tienen que ver conmigo aunque ninguna hable de mí. Que los protagonistas de mis libros sean guardias civiles, ejecutivos hastiados, soldados de la guerra de África y voluntarios apátridas en la segunda guerra mundial, legionarios suicidas, historiadoras desubicadas o chicas adolescentes de Getafe tiene que ver con mi personalidad, me gusta mirar la vida desde los márgenes, allí donde no suelen apuntar los focos.

La Marca del Meridiano es un antes y después en su carrera, no todo el mudo recibe el Premio Planeta. ¿En estas cosas el éxito es efímero’ ¿Cómo se lleva tener en su currículo un premio como esos? ¡No todo el mundo puede enorgullecerse de eso!

Lo llevaré con la máxima dignidad posible y sin excesiva soberbia. Con otro jurado, en otro contexto, pudo haberlo ganado otro.

Muchas veces creemos que el escritor debe recibir premios para ser considerado bueno. ¿Crecemos en un mundo donde la cultura de la lectura se valora más por nombres que por calidad?

Crecemos en un mundo, no nos engañemos, donde la cultura se valora muy poco, prevalecen otros valores, como el del dinero o el de la notoriedad, y eso también se traslada a la cultura. He podido notar cómo personas que seguramente desdeñarían como irrelevantes mis más de treinta años de trabajo y mis cuarenta libros se sentían en cambio impresionados por la dotación económica del premio, como si eso fuera lo que me hace estar ahí. Pero yo soy consciente de que mi credencial es lo otro, y en esa convicción pienso seguir.


Lo ha dejado  claro, su vida cotidiana es muy monótona; desayunar, escribir, dar un paseo en bici, comer, escribir, leer y dormir. ¿De dónde saca Lorenzo el ingenio para sus obras?

Soy observador, y también me gusta leer y escuchar. El mundo está lleno de historias, y muchas suceden a nuestro lado, aunque no nos sucedan a nosotros.

Oscar Wilde decía que cualquiera podía hacer historia; pero sólo un gran hombre puede escribirla. Lorenzo Silva a día de hoy se ha convertido en ese gran hombre que a muchos lectores les hace evadirse de su vida por unos instantes. ¿Al Silva escritor le queda algo por cumplir ya? ¿Ha renunciado a algo por amor a la escribir?


Muy necio hay que ser para considerarse a sí mismo un gran hombre (o a sí misma una gran mujer). Ninguno (y ninguna) de los pocos a los que he conocido tenía esa conciencia. Y siempre hay una tarea por delante. En mi caso, el próximo libro, que afronto como recomendaba Chandler: con pasión y humildad.

La sociedad intenta evadirse de sus problemas muchas veces leyendo libros como el tuyo, pero… ¿la sociedad perdona al criminal antes que al soñador?


Depende del criminal y depende del soñador. Lo que si es verdad es que los criminales suelen integrarse mejor en la maquinaria social que los soñadores. A veces incluso llegan a estar en la sala de máquinas.

Le conocí leyendo uno de sus libros llamado Nadie vale más que otro, y me ganó con La estrategia del agua, pero salió de mí, nadie me impuso leer un libro suyo, ¿la lectura obligatoria no es dañino para los deseos de un niño? Quizá acabe odiando leer y nunca más vuelva a tocar un libro.


Yo creo en la libertad del lector, pero creo que también hay que ayudarle a formarse, darle pistas, para que no se quede en los libros superficiales o de consumo rápido. Eso sí, también creo que en ese proceso de proporcionarle pistas, donde puede caber una dosis mínima de lectura obligatoria, es importante ir fomentando desde el principio la libertad de elección. Uno sólo amará lo que sea acorde con su propia inclinación, eso ya lo dijo Spinoza hace muchos años y no solía decir tonterías.

Para conocer al Lorenzo, antes hay que investigar al Silva padre, ¿Recomendaría sus hijos la profesión de crear historias? No es final de su carrera, pero echando la vista atrás, ¿valió la pena ser escritor?

Por qué no, si la sienten como propia y les hace disfrutar. Mi hija mayor escribe desde pequeñita y lo sigue haciendo. Hay noches que lo prefiere a la tele o el móvil. Incluso hicimos y publicamos juntos una historia, "El videojuego al revés". Los otros son más perezosos, por ahora, aunque también tienen bastante cuento. Ellos decidirán. No me parece un oficio peor que otros, aunque es más incierto en lo económico, quizá les recomendaría lo que hizo su padre, buscarse otro oficio a la vez para además tener otro ángulo desde el que mirar la vida.


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